Existencial, son una serie de relatos donde cuento la historia de 3 Jóvenes: Clara, Eduardo y Ricardo, cada uno con una visión propia de la vida, llegado el momento de la historia los 3 personajes se confrontaran unos a otros. Historia que se resumen en una frase: Cualquier Parecido Con La Realidad Es Pura Coincidencia.

En este Tercer relato presentamos a Ricardo. El Joven Escritor que abrumado por la fama tiene un bloqueo mental y no sabe que escribir y ademas no ha encontrado aun la felicidad.

CAPITULO III

Tengo muchas publicaciones por hacer, pero en estos momentos no siento inspiración alguna. Quizás es porque llegue a un límite de creatividad o es que solo necesito dejar esto por un tiempo.


Todo esto de escribir y alcanzar relativa fama en algunos círculos sociales y literarios, era algo que no esperaba venir al momento de comenzar esta travesía. Escribía para mí, algunos familiares y para un grupo selecto de amigos que les gustaba la literatura. Mis primeros cuentos, relatos y poemas eran muy sinceros a mi parecer, poco pulidos, solo con técnicas básicas en narrativa y prosa. En conclusión sin un estilo definido, pues sabía que al final no tenía que pensar en la crítica especializada o en complacer a una gran masa de electores. Todo eso cambio cuando comencé a escribir los Relatos de Sofía. Seré sincero y es que jamás pensé que escribir relatos inspirados en mi ex enamorada y sobre vida y nuestra sufrida relación (Escribiendo desde la perspectiva de ella), atrajera una cantidad inesperada de lectores. En un primer momento el primer relato fue leído por 10 personas, el segundo ya tenía 25 lectores y ya para el sexto habían más de 100 lectores pidiendo un relato más seguido. Es entonces que mi viejo amigo Rubén Olaya me dijo:

Tienes que dejar las notas de Facebook debes comenzar a escribir en un blog.

En esta parte de la historia no puedo negar algo y es que tuve la necesidad de aprender rápidamente a usar los blogs y además implementar un plan semanal de trabajo exclusivo para el blog que consistía en: escribir, revisar y corregir para al final publicar por lo menos un relato de la historia de Sofía y al mismo tiempo darme tiempo para los estudios y exámenes de mi carrera de sociología, sin dejar de lado mi trabajo en la ONG que había montado con unos amigos. Luego tuve que ponerle nombre al blog y luego de pensarlo un tiempo le puse de título simple, es más diría muy sincero pero que abarcaba mucho: Bitácora de un Escritor. Aquí debo haber un paréntesis y es que no hubiera sobrevivido a todo este proceso sin la ayuda de mi amigo Rubén , quien sin pedirme alguna remuneración por su trabajo, se encargó de la difusión por redes sociales y el diseño del blog y me hacía responder a los mejores comentarios de cada publicación.


Para el final de la primera temporada de Relatos de Sofía, ya tenía miles de lectores y no solamente de la ciudad o del resto del país; sino de muchas partes del mundo. Tuve entonces que dar el siguiente paso y es que servidor y el dominio gratuito con el cual había creado el blog ya quedaba muy pequeño, es en ese momento que nació la necesidad de mudarnos a otro servidor y tener domino web propio, ahí comenzaron a llegar los primeros auspiciadores y financistas de mi proyecto literario virtual. Las llamadas a mi celular o al teléfono de mi casa eran muchísimas, hasta llegar al punto de acosar. Llamaban hasta del extranjero y eran muchas páginas web de blogs o de páginas de literatura que me ofrecían un hosting y un servidor más amplio a mi disposición, la única condición era que publicara exclusivamente para ellos, es más algunos me ofrecían además del soporte técnico, estudios para perfeccionar mis escritos y otros ofrecían pagar un cheque mensual si es que la cierta cantidad de relatos que me pedían al mes superaba cierto número de palabras y lectores.


Para eso momento sentía que comenzaba a quitarle creatividad y libertad a mi trabajo, sentía que yo lo encasillaba, pero por otro lado la fama con sus psicodélicos efectos me atraía a un mundo de experiencias que quería vivir y que pasaban rápidamente. Comenzaron también en esa época las entrevistas en periódicos, radios, la televisión y hasta por Skype. Deje de escribir por dos semanas y el correo que había creado del blog colapso. Todos pedían más relatos y yo simplemente, tenía que tomar muchas decisiones. Es entonces que para aplacar los reclamos de los lectores publique uno simples versos:


Yo soy un hombre simple

Soy un hombre sincero

Que ama, pero no es amado

En mundos de tiranías y sufrimientos

No hay nadie que lleve esos vacíos.


De mi alma… todos aquellos vasos vacíos

Que esperan sedientos el agua del amor.


Ni bien publique, comenzaron a llegar comentarios de sorpresa, o de crítica. Deje el aire de duda en los lectores, hasta que los especuladores pensaron que el verso sin título era de uno de los personajes de los Relatos de Sofía y es en ese instante que tuve que aclarar las cosas: Esto no tenía nada que ver con los relatos, más bien era mi primer intento de publicar un poema ante una cantidad grande lectores. Mis inicios con la poesía fueron raros. En un principio negué toda posibilidad de escribir poesía, pues sentía que no tenía la sensibilidad que se requería en el oficio de poeta, pero luego las experiencias amorosas (los amores y desamores), comenzaron a nacer los primeros intentos de poesía, que quedaron en lo profundo de mis cuadernos y que con el tiempo se perdieron. Ya en la universidad hice poesía, pero no para mí sino para mis amigos, quienes me pedían algunas “Palabras Bonitascon las cuales declararle su amor a aquella chica que veían en los pasillos de la facultad o para que el amor que sentían perdían por un error tonto que cometían y buscaban el perdón, lo mejor de todo es que funcionaba y bien, así que los amigos agradecían en secreto sin que la enamorada se enterara. Yo nunca quise escribir nada para alguna fémina que me atraía, el día que quizás lo haga estaré quizás escribiéndole a quien sea mi futura esposa.


Así pasaron algunas semanas. Si bien los lectores bajaron muchísimo, cada semana publicaba como máximo 3 poemas, mientras leía los comentarios pidiendo que volvieran los relatos; mientras Rubén y yo negociábamos la mejor opción para el blog y su futuro; luego de 5 meses de no escribir relato alguno y con nuevo portal web, lanzamos la segunda temporada de los “Relatos de Sofía”, ya para este momento Rubén no tenía que mover el diseño de los post del blog, sino que un grupo de técnicos que movían la página web desde donde publicaba se encargaban de la estética de los relatos, ahora solo se dedicaba a coordinar mis entrevistas, ordenar mi agenda diaria y revisar mi correo respondiendo a cada uno de los eventos en donde me invitaran.


Con el inicio de la segunda temporada, regresaron los lectores, un poco dudosos de esta nueva etapa. Entonces nuevamente comenzó la presión. Muchos decían que había perdido el toque, que en el tiempo que no escribí, perdí la inspiración. Solo bastaron 3 relatos de la segunda temporada para hacer callar a mis críticos. Al final de la segunda temporada se había triplicado el número de visitas que tuvimos respecto a la primera y nuevamente decidí hacer una para necesaria. Por 4 meses nuevamente publicaba poemas hasta que nuevamente me animara a lanzar la tercera temporada. No he de quejarme pero al igual que las otras dos, la tercera temporada fue tan igual de exitosa, pero ya sentía que dentro de mí había un desgaste en seguir escribiendo la historia, aquellos relatos, la otra señal del desgaste es que muchos lectores me lo indicaron en los comentarios. Es más termine entre lágrimas y muy apenado el ultimo relato de la tercera temporada. Era el fin de una etapa, pero sé que era necesario. No podía seguir escribiendo más de Sofía y sabía que necesitaba un descanso. Pero no me quejo del resultado final: El número de lectores del blog ya llegaba a cientos de miles por relato.


Haciendo una revisión de mi trabajo, en un inicio dije que era algo sin pulir, la misma fama y los lectores hicieron moderar mi modo de escribir. La primera señal de cambio la hice al enterarme que muchos adolescentes leían y comentaban el blog, de ahí decidí acoger algunas recomendaciones de lectores y probé intentando usar otras formas de redacción literaria. Ahora sé que quizás madure con escritor. Pese a que ahora escribo para uno de los portales de literatura más leídos a nivel mundial, siento que no he renunciado del todo a mi esencia, algo que en un principio si tuve. El blog abrió puertas a otras cosas. Mis palabras se hicieron referencia para muchos y así comencé a hacer columnas de opinión, de ahí desde el blog y al final de los relatos anunciaba brevemente algunas campañas que apoyaba o algunos proyectos que con mis amigos realizaba para la asociación que habíamos creado. En cambio en la universidad no me fue tan bien. Los profesores no vieron excusas al hecho de que comencé a ser famoso. Es más fueron mucho más exigentes y tuve que ingeniármelas para poder estudiar y pasar los cursos.


En este momento de mi vida sigo con la disyuntiva de que tengo mucho que hacer en poco tiempo, ya no quiero escribir más sobre Sofía, algunos autores piensan que debo seguir escribiendo eternamente sobre ella. Pero yo se que debo salirme de ese molde y sé que muchos lectores se irán, pues ellos en esencia son lectores de Sofía, pero ha llegado el momento de empezar de cero y a pesar de tener ya el contrato firmado para lanzar la nueva serie de relatos y es que tengo muchos relatos por publicar y no sé cómo empezar. Ya llego el correo de los administradores la web, esperando los escritos. Pero no hay inspiración alguna.


Estoy solo en mi cuarto frente a mi Tablet, de fondo suena la canción “De Punta a Punta” de Álvaro Torres, un artista que siempre me gusta y es ahora de algo estoy seguro: Debo escribir sobre el amor nuevamente, pero no desde la óptica de una chica como Sofía, sentía que tenía que contar una historia más mía que de otra persona. Mientras trato de empezar el prólogo del primer relato, recibo una llamada de Rubén que me regresa a la realidad diciendo:

 Genial Ricardo Corleoni. Se viene algo bueno. Dictaras un curso en la universidad… Alégrate, pues nuestra casa de estudios te contratara como profesor del curso de Redacción Literaria Digital por un semestre.

Yo solo por el teléfono respondo:

No sé cómo empezar esta nueva serie de relatos Rubén. Me he quedado sin inspiración.