Por Fin Empezando
Despejando La Jungla De Letras Perdidas
Las Letras Pueden Decir Mucho En Pocas Palabras
Y nuevamente estaba en la papelera el borrador de mi entrevista y mi nota de ánalisis sobre el Nuevo libro de la reconocida escritora y ganadora del Premio Nobel Bella Almillategui: Habitación de 3 cuartos. La editora no parecía estar conforme con mi trabajo. Es en estos momentos que cuestiono mi carrera de periodista. El trabajo a mi parecer fue poco valorado. Tuve que viajar más de 15 horas en avión, para llegar a Italia a entrevistarla en su casa de campo.
Conseguir aquella exclusiva, luego de que la galardonaran con el Premio de la Biblioteca Latina - Honor que pocos escritores de habla hispana han ganado- fue un auténtico milagro que demoro más de 6 meses de coordinación. De nada le importo a mi editora que me documentará sobre el trabajo literario de la escritora al momento de tirar mi nota a la basura. Pues tuve que leer y analizar: sus miles de ensayos, sus 6 libros de prosa breve, sus entrevistas a la prensa francesa y su autobiografía.
¿Qué carajos hice mal?, me siento en mi escritorio mientras la frustración invádeme mi mente. Entonces nuevamente vuelvo a revisar por enésima vez el escrito. No le encuentro errores ortográficos, de redacción, de sintaxis o de coherencia. Luego reviso mis apuntes el día de la entrevista y no siento que obviara nada, para que finalmente escuchara por enésima la grabación de la entrevista y tampoco sentí omisión alguna, durante la misma.
Entonces sé que estoy estresado. No sé qué necesita la editora para que apruebe mi nota. Golpeo con furia mi escritorio. El ruido hace que varios de mis compañeros se levanten de su cubículo. A lo lejos la oficina de editora y ella sentada en su escritorio leyendo los demás artículos que se publicaran en la próxima edición, parece no haber escuchado el golpe. Eso me relaja, en eso alguien se acerca por detrás de mí y dice:
- ¿Quieres un Mocaccino?
La voz me asusta, volteo rápidamente y veo que era Midori, mi compañera encargada de la sección política. Se sienta en una ruma de papeles que hay en mi cubículo, observa la papelera y se ríe. Me mira detenidamente. Se acerca a mi rostro y como una madre cuando ve despeinado a su hijo con su mano me acomoda el pelo, luego se aleja y me dice:
- Debes relajarte Eduardo. Mira yo sé que algunas veces Dalila es jodida con el trabajo, pero date cuenta somos la revista más leída del país…
Yo la interrumpo diciendo:
- La segunda Midori… Antes de nosotros esta "esa" revista de farándula…
Midori me dice:
- Bueno. Pero eso, para mí no cuenta como periodismo serio… ¿Acaso te parece seria esa noticia sobre que la “Pechos Inflados” le sacaba la vuelta a su marido con su compadre? ¿La noticia tiene relevancia para el futuro político o económico del país?... ¡Dime pues!
Yo le respondo:
- Yo sé que no son serias. Pero para la sociedad chismosa que existe en este país; que alimenta sus ojos con morbo y rumores eso vende muchísimo.
Midori se levanta y comienza a caminar de un lado hacia otro. Medita una respuesta y luego de un minuto de silencio solo dice:
- Quizás tengas razón. Pero igual seguimos siendo la revista preferida por parte de intelectuales y las clases adineradas.
Nuevamente le respondo con contundencia:
- Ese sector de nuestros lectores va disminuyendo cada día más. Si no mira nuestros suscriptores.
Midori pone una cara de molesta y me dice algo mirándome seriamente:
- Eduardo Paz… Recuerda nuestras clases en la universidad con el Profesor Otto Reyes: No importa el tiraje sino el contenido. Mientras sigamos haciendo prensa de calidad, siempre tendremos lectores.
Esta típica conversación de trabajo hubiera continuado sino es que otra voz dice:
- Midori, En Diseño y diagramación no te esperaremos hasta cuando se te dé la gana enviar las fotos las fotos de tu nota. Las necesito para ayer.
En eso asoma su cara David Córdova. Un tipo creativo pero muy exigente en los plazos. Su trabajo pasa por acomodar las notas en su posición definitiva y dejar la revista tal cual la verán los lectores en sus manos.
Midori le responde:
- Carajo, ya te envié. Revisa el correo ahí están las fotos del sobrino faltoso, de la vocal Rivas y del testigo Miguel Dávalos.
Me quedo mirando a Midori y entonces le pregunto:
- ¿De qué trata tu nota esta semana?
Midori responde:
- Sobre el sobrino de la Vocal Suprema Rivas, que ha sido grabado diciendo que el recibe las coimas de su tía y toda esa cuestión…
Yo la miro y le digo:
- Bueno algo he visto en los noticieros, durante esta semana. Pero la verdad no sé por qué haces una nota de un tema donde ya toda la prensa televisiva ha sacado creo todos los destapes.
Midori se sonríe y dice:
- Es que mi investigación amplía la denuncia. He entrevistado al testigo clave del tema Miguel Dávalos en exclusiva, cosa que ningún programa dominical televisivo ha logrado. Es más ahí me da detalles que no han salido en otro lugar, así que espero la leas.
Mi cara de no entender por dónde van las palabras de Midori, hace que ella agregue esto:
- A la revista le conviene. Todos citaran mi investigación. Me pedirán los audios de la entrevista y los documentos y por ende más ejemplares se venderán esta semana.
Y nuevamente mi respuesta contundente fue:
- Solo por esta semana
Midori se pone seria y dice:
- Bueno yo sé porque tú te quejas. Te han dado Viaticos para viajar a Italia a ver a una de las escritoras más influyentes actualmente y en cambio a mí me han dado 3 monedas y me dicen anda al penal entrevístalo y regresa, ah y por ahí en el camino almuerzas…
Mirando hacia el piso le respondo:
- Eso es lo que no entiendo. Se supone que hago bien mi trabajo o eso pienso yo… no por eso tengo ya más de 6 años en esta revista a cargo de esta sección.
Midori me abraza tratando de darme ánimos y me dice:
- Yo si fijo leeré tu artículo. Normalmente los periodistas de Política no entrevistamos a la última ganadora del Premio Nobel, en cambio yo entrevisto caraduras, corruptos y mentirosos… es más yo diría que entre ellos hay algún mañoso que me desnuda con los ojos…
Sus palabras me hacen sentir un poco mejor, pero había dicho un dato incorrecto que debía corregirle:
- Midori… mil gracias por tus palabras amiga yo sé que siempre puedo contar contigo. Pero debo corregirte algo… Bella Almillategui no gano este año el Premio Nobel de Literatura… sino lo ganó hace dos años y la motivación por la cual la Academia le dio el Nobel fue: “Maestra del cuento corto contemporáneo y de la prosa elegante que retrata la esencia más cotidiana de ser humano”.
Midori pone cara de molesta y dice:
- Tu siempre… queriendo presumir…
Comienzo a soltar una carcajada mientras ella me golpea los hombros. Parecía que por un breve instante mi mala vibra se había ido hasta que una voz muy seria interrumpe:
- Quizás yo te diga porque te he rechazado varias veces tu artículo sobre Bella Almillategui… si es que dejaras de holgazanear con Midori… La cual ya debe tener lista su nota para corrección… ya que la veo aquí perdiendo el tiempo…
Midori sale corriendo hacia su cubículo y me deja a solas con mi temida Editora. Dalila una periodista, que pocas veces sonríe. Trabaja más de 25 horas diarias. No quiere hacer amigos y mucho menos quiere caerle bien a nadie en el trabajo. Algunos dicen que tiene ese carácter tan “hepático” por el hecho que es solterona, otros dicen que esto ocurre por el exceso de cafeína y tabaco que consume diariamente, yo creo que tiene de todo un poco, quizás todas las causas anteriores justas la conviertan en el ogro que es.
Pero hoy sentía que Dalila había venido a mi cubículo más molesta de lo que normalmente venía. Lo noto porque las venas de sus ojos están rojas y rostro es la de un toro listo para embestir. Prende un cigarro y tomar un respiro para decirme:
- Eduardo tratare de ser amable… y hacerte una pregunta ¿Corregiste tu nota sobre la escritora?
Quede enmudecido. A mi mente viene mi niñez cuando mi mama me preguntaba sobre si había terminado mis tareas del colegio y solo negué con la cabeza. La editora nuevamente pone la cara de molesta y dice:
- Tenemos que cerrar edición… ¿Qué Carajos esperas?
Luego vuelve a golpea su cigarro y toma asiento al otro lado de mi escritorio y me dice:
- La portada de este mes de esta revista de más de 100 años de publicación ininterrumpida debería ser tu entrevista a la Premio Nobel Bella Almillategui y no esa porquería de investigación del sobrino de una vocal que alega tener influencias que por último sé que no tiene… vamos si algo caracteriza a esta revista en toda su trayectoria es que damos calidad cada 15 días… y nunca antes habíamos entrevistado a un premio nobel… pero Eduardo hoy siento que te pasa algo… haz perdido tu pasión por escribir… no tienes ese toque mágico con el que comenzaste y por el cual te contrate ni bien leí tu primer borrador, aún recuerdo un análisis del poemario “Almas Perdidas” de Javier Curay, tambien no olvidar tu entrevista a la actora de teatro Claudia Balda sobre la exitosa temporada de la obra "Dialogos de Familia" o por último aquella entrevista magistral sobre la Obra de Teatro “Mil Veces” escrita por la Directora Milagros Morales… yo me pregunto ¿Dónde quedo el periodista literario apasionado del inicio?
Eduardo aun en silencio medita alguna respuesta, Dalila lo mira y agrega a sus palabras anteriores esto:
- Tienes que inspirarte Javier… no se dame algo que me conmueva… que me ablande el corazón por si quiera un minuto… es la entrevista de tu vida a una ganadora del Premio Nobel… más allá del costo financiero que tuvo la revista de pagarte los pasajes… esta entrevista debe quedar como referencia para el futuro de tu carreta, para el futuro de la revista y ser la referencia de los seguidores y estudiosos de la carrera de Bella Almillategui… así que te pido un último esfuerzo y empieza con algo que rompa esquemas….
Suena el celular de Dalila y contesta rápidamente:
- Te dije que la entrevista a la ministra Evelyn León debe ir acompañada de las fotos del evento… acaso nadie me entiende cuando doy una orden.
Corta la llamada y termina diciéndome estas palabras:
- Eduardo mi cholo lindo….yo te tengo fé. Recuerda cerramos edición a las 11 de la noche y son 3 de la tarde.
Me levanto por una taza de café. En silencio miro las fotos que me tome aquel día haciendo la entrevista y en silencio pienso como empezar y a mi mente viene una idea:
- Muchas veces simple… pero siempre precisa. No escribe para miles. Escribe para pocos, pero muchos hicieron suyas sus letras y ahora en la cúspide de su fama aún prefiere escribir en una libreta y tener un solo lector a que miles hagan colas en la librería por su nuevo libro.
Me detengo y dejo de escribir. Leo lo que he escrito y me gusta. Me paro de mi escritorio y le digo al de diagramación:
- Cambia la portada de esta edición… ya que la principal nota será la entrevista a la escritora…
Algo me queda claro esta tarde… El próximo número de la revista será el mejor en mucho tiempo.